La atención plena se define como la capacidad humana básica de estar plenamente presente, ser consciente de dónde estamos y de lo que hacemos, y no reaccionar de forma exagerada ni abrumarse por lo que ocurre a nuestro alrededor. Sin embargo, a pesar de que se trata de una capacidad humana básica, no siempre es fácil vivir con atención plena, sobre todo en el mundo moderno, cada vez más acelerado y conectado, en el que vivimos. Los beneficios de la atención plena son muchos: nos ayuda a vivir con menos estrés y ansiedad, más positividad, mejor enfoque y concentración, y más autoconciencia y autorregulación. Puede mejorar nuestras relaciones interpersonales, e incluso puede ayudar a reforzar nuestro sistema inmunológico. Con el aumento de los niveles de ansiedad y estrés del siglo XXI, la necesidad de las prácticas de la atención plena, se ha vuelto aún más frecuente. Pero, ¿en qué consisten exactamente? Desde diferentes tipos de meditación y yoga hasta el trabajo de respiración y la sanación terapéutica basada en el sonido, o incluso pequeños hábitos que puede incorporar en su vida diaria, hay numerosas formas de experimentar la atención plena. En última instancia, se trata de estar plenamente presente y de utilizar esta presencia para vivir de una manera más enriquecedora, consciente de sí mismo, con autoaceptación, de forma intencional y auténtica en cuanto a la forma en que nos mostramos en el mundo.
Cuando la actividad mental de la “mente de mono” no se apaga, la vida dentro de nuestras propias cabezas puede convertirse en una pesadilla ineludible. Una analogía de la enseñanza budista, este término describe la animación inquieta de pensamientos incesantes que chocan contra nuestro mundo interior como monos que se balancean de un árbol a otro. Una mente acelerada puede mantenernos despiertos por la noche, afectar nuestro trabajo y nuestra vida personal, mantenernos paralizados en la inacción, robar nuestra paz interior, drenar nuestra energía y tener consecuencias a largo plazo en nuestro bienestar. Incluso podemos volvernos adictos a la actividad incesante de la mente del mono, que refuerza el ciclo de estrés en lugar de resolverlo. De acuerdo con el budismo y la investigación clínica moderna, la atención plena es la forma más efectiva de calmar las cosas. Al “entrenar” a los monos para que estén más tranquilos y distraigan menos de un momento a otro, en realidad podemos pensar con más claridad y actuar con mayor eficacia. Aquí hay algunos métodos conscientes para aquietar la mente del mono.
Cuando la actividad mental de la “mente de mono” no se apaga, la vida dentro de nuestras propias cabezas puede convertirse en una pesadilla ineludible. Una analogía de la enseñanza budista, este término describe la animación inquieta de pensamientos incesantes que chocan contra nuestro mundo interior como monos que se balancean de un árbol a otro. Una mente acelerada puede mantenernos despiertos por la noche, afectar nuestro trabajo y nuestra vida personal, mantenernos paralizados en la inacción, robar nuestra paz interior, drenar nuestra energía y tener consecuencias a largo plazo en nuestro bienestar. Incluso podemos volvernos adictos a la actividad incesante de la mente del mono, que refuerza el ciclo de estrés en lugar de resolverlo. De acuerdo con el budismo y la investigación clínica moderna, la atención plena es la forma más efectiva de calmar las cosas. Al “entrenar” a los monos para que estén más tranquilos y distraigan menos de un momento a otro, en realidad podemos pensar con más claridad y actuar con mayor eficacia. Aquí hay algunos métodos conscientes para aquietar la mente del mono.
El mundo de hoy es un lugar diferente a aquel en el que crecimos. No literalmente, por supuesto, pero las herramientas necesarias para navegar una existencia de bienestar positivo para los niños tienen una gran demanda. El acoso, por ejemplo, ahora está fácilmente disponible en línea con efectos sutiles e insidiosos. Enseñar la atención plena, que, en su forma más básica, es simplemente prestar toda la atención al momento y no dejarse abrumar por él, a una edad temprana puede cortarlo de raíz al promover una mayor compasión.
¿Qué significa ser consciente? ¿Y cómo empezamos a ser conscientes, o a practicar la atención plena? Comience por tomar nota de cómo se siente y de cómo interactúa con las cosas que lo rodean, haciéndose algunas preguntas que inspiren la autorreflexión y la autoconciencia, como por ejemplo "¿Estoy presente en este momento?" "¿Qué emociones estoy sintiendo ahora mismo?" "¿Esto me hace feliz?" "¿Lo que estoy haciendo, y cómo me siento, se alinea con mis valores fundamentales?" "¿Qué revelan estos acontecimientos y/o mis emociones actuales sobre mis necesidades, deseos y relaciones con los demás y conmigo mismo?" "¿Me estoy comportando de una manera que es fiel a mí mismo?" Explorar estas preguntas puede ayudar a acercarnos al viaje interior que supone la atención plena, lo que puede permitirnos responder a preguntas como: "¿De qué estoy agradecido?" "¿Cómo puedo vivir con más atención?". "¿Qué me hace sentir vivo?" - y al hacerlo, conocernos mejor a nosotros mismos. A través de la comprensión de nuestros valores fundamentales, de saber quiénes somos de verdad, de aprender lo que nos produce auténtica alegría y de aceptarnos plenamente, podemos vivir más la atención plena ー y, a través de esta presencia, crear una vida más intencional y satisfactoria.
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