Los 7 Tipos de Descanso
En nuestra acelerada sociedad, en la que gran parte de nuestro éxito se define a menudo por lo mucho que podemos hacer, muchos de nosotros hemos olvidado que para encontrar nuestro equilibrio físico y emocional, a veces también debemos permitirnos hacer menos.
¿Cuándo fue la última vez que te diste permiso para descansar? Es posible que pienses que descansar es dormir lo suficiente, pero, en realidad, va más allá del sueño. El descanso es cualquier comportamiento activo o pasivo que te hace sentir renovado, recuperado y recargado. Por lo tanto, cuando sigues cansado después de haber dormido lo suficiente y sientes que nunca puedes recargar las pilas, puede que el problema no sea tu sueño (o la falta de él), sino la falta de descanso en otra área de tu vida. Según la autora y doctora Saundra Dalton-Smith, hay siete tipos de descanso que puedes abordar para recuperar el bienestar general.
Descanso físico
Dormir es una parte importante del descanso físico. Las investigaciones demuestran que, para mejorar la calidad del sueño, lo mejor es acostarse a la misma hora todas las noches, evitar la estimulación sensorial demasiado cerca de la hora de acostarse, hacer algo de ejercicio diario, y limitar la cafeína y otras bebidas excitantes durante el día. Pero el descanso físico es mucho más que dormir. Cualquier cosa que te ayude a bajar la velocidad lo suficiente como para regular el sistema nervioso y liberar la tensión del cuerpo puede considerarse descanso físico. Esto puede incluir actividades como masajes, un baño caliente, yoga restaurativo o Yoga Nidra (sueño yóguico).
Descanso mental
¿Alguna vez has sentido que el volumen de tu mente está siempre alto? Tal vez tengas niebla mental y hasta las cosas más pequeñas te irritan. Tal vez por la noche te cuesta conciliar el sueño mientras reflexionas sobre los acontecimientos del día. Dale un respiro a tu mente tranquilizándote y dirigiendo tu atención hacia el interior. Prueba con una clase de meditación o sigue una sesión de audio en una aplicación para reducir el volumen de tu cabeza y encontrar más espacio entre tus pensamientos. Repetir con regularidad un propósito interior, como "me permito relajarme", también puede resultar útil cuando sientas la necesidad de conectarte a tierra. Sintonizar también significa reducir la velocidad y apagar el interruptor “de encendido”. Esto significa encontrar momentos a lo largo del día en los que también haya descanso sensorial.
Descanso sensorial
Mantén a raya la sobrecarga sensorial recordándote a ti mismo que debes hacer una pausa con regularidad de tu ordenador u otros dispositivos, o incluso en entornos altamente estimulantes. Pon una alarma si es necesario. Cierra los ojos y respira intencionadamente unas cuantas veces antes de volver a tus tareas. Apaga la radio cuando vuelvas a casa del trabajo y desconéctate de la tecnología poniendo el teléfono en silencio y apagando la televisión mucho antes de acostarte. Mantén el ruido de fondo y la luz al mínimo en tu dormitorio para favorecer un sueño reparador. Estos pequeños cambios te darán la oportunidad de dejar de centrarte demasiado en tu entorno externo, de modo que tengas más espacio para escuchar tu ecosistema interno y restablecerte desde dentro hacia fuera.
Descanso social
Tomarse un descanso social no significa retirarse del mundo y seguir solo. De hecho, es todo lo contrario. Observa con más detenimiento tu círculo social: ¿te rodeas de personas que aportan algo a tu vida y que permiten que brille tu verdadero yo? Pregúntate si hay alguien en tu entorno más cercano que te haga sentir emocionalmente agotado después de pasar tiempo con él. Al distanciarte de los "vampiros de energía", podrás enfocarte en amistades y relaciones más significativas y permitir que entre más energía positiva en tu vida.
Descanso emocional
Si eres una persona que a menudo se siente subestimada y siente que su amabilidad es menospreciada, a la que le cuesta decir "no" y que detesta la confrontación, podrías estar enfrentándote a un déficit de descanso emocional. Para abordar esto, no tengas miedo de desahogar tus sentimientos, sin reserva, con las personas más cercanas (las que te brindan descanso social). Permite y confía en que los demás te ayuden o te den espacio cuando estás preocupado, cuando te sientas triste, ansioso y molesto. Aprende a establecer límites saludables para poder invertir menos energía intentando ser la versión de ti mismo que la gente espera. Esto te llevará al agotamiento emocional. En su lugar, céntrate en lo que quieres y necesitas en tu vida.
Descanso creativo
¿Alguna vez has tenido una idea brillante mientras te duchabas, montabas en bicicleta o dabas un paseo? Es una tarea casi imposible seguir siendo innovador, tener ideas o resolver problemas cuando estás atrapado en una rutina que ahoga la creatividad y en la que te sientes constantemente abrumado. Llena tu taza creativa saliendo de las cuatro paredes de tu oficina o de tu casa, e inspirándote en la riqueza y la vitalidad del mundo en el que vives. Pasea por tu parque favorito o por la playa, empapándote del aire, la luz y la belleza de la naturaleza. Dedica tiempo al arte, a la música y a la lectura; ¡todo es alimento para el alma! Considera que es un respiro para tu cerebro. Verás que cuando el cerebro descansa, hay más espacio para que fluyan los jugos creativos.
Descanso espiritual
No saber nuestro "porqué" o nuestro propósito puede hacernos sentir pequeños y solos en el mundo. Si eres una persona de fe, considera la posibilidad de asistir a un servicio religioso con regularidad, unirte a un grupo espiritual para conectar con personas de ideas afines o hacer de la oración una práctica habitual. La espiritualidad y la religión no tienen por qué ser mutuamente excluyentes, y hay otras formas de acceder al descanso espiritual. Por ejemplo, puedes unirte a una organización benéfica en la que puedas servir a los demás, o puedes encontrar más tiempo para estar y conectar contigo mismo, satisfaciendo esta necesidad al permitirte más momentos en los que estar plenamente presente. Esto puede adoptar la forma de una meditación, un diario o simplemente un tiempo a solas en el que tengas la oportunidad de reflexionar. Sea cual sea el camino que elijas, dar más sentido a tu vida cotidiana puede ayudarte a cumplir tu cuota de descanso espiritual.
Para descubrir de qué tipo de descanso necesitas más, basta con que te pongas a tono con tus sentidos o analices tu estilo de vida. Sin embargo, si aún estás atascado, también puedes tener una idea más clara de dónde puedes necesitar más descanso haciendo el Test del Descanso. Aunque la vida siempre tendrá sus altibajos, y todos experimentaremos periodos de mucho trabajo en los que habrá que sacrificar temporalmente una o dos de estas áreas de vez en cuando, es importante saber cuándo hacer una pausa y rellenar esa taza, para que puedas sentirte descansado y restaurado en todas las formas en que tu cuerpo, mente y alma lo necesitan.
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