Experimentar retos de vez en cuando forma parte de la vida. Y nos pasa a todos: Estos retos pueden ser un poco diferentes para cada persona, pero en algún momento, todos nos enfrentaremos a algo que nos provoque y nos ponga a prueba. Las heridas de nuestra infancia pueden influir en lo que llegamos a ser. Y como adultos, ya sea por el impacto persistente de lo que afrontamos en nuestra juventud, por los traumas recién adquiridos y las dudas sobre nosotros mismos, o incluso por los retos de la vida diaria, los desafíos a los que nos enfrentamos pueden provocarnos cualquier cantidad de emociones, desde estrés, ansiedad, frustración, hasta miedo y fatiga.
Pero no todo es pesimismo, ni mucho menos, ya que estos retos pueden ser realmente buenos para nosotros. ¿Cómo? Porque pueden hacernos más fuertes mental y emocionalmente. La fortaleza no tiene por qué venir siempre en forma de batallas; puede implicar que rujamos fuerte y que nunca nos rindamos en las cosas que nos importan, pero también puede ser silenciosa, como alejarse de algo que nos hace daño, o desarrollar el valor de decir "No" a algo que no nos sirve.
Desarrollar la resiliencia no sólo puede ayudarnos a hacer frente a los retos de la vida, sino que puede ayudarnos a crecer, permitiéndonos recuperarnos de las dificultades con más confianza, con más poder y mejor de lo que éramos antes.
Cuando la actividad mental de la “mente de mono” no se apaga, la vida dentro de nuestras propias cabezas puede convertirse en una pesadilla ineludible. Una analogía de la enseñanza budista, este término describe la animación inquieta de pensamientos incesantes que chocan contra nuestro mundo interior como monos que se balancean de un árbol a otro. Una mente acelerada puede mantenernos despiertos por la noche, afectar nuestro trabajo y nuestra vida personal, mantenernos paralizados en la inacción, robar nuestra paz interior, drenar nuestra energía y tener consecuencias a largo plazo en nuestro bienestar. Incluso podemos volvernos adictos a la actividad incesante de la mente del mono, que refuerza el ciclo de estrés en lugar de resolverlo. De acuerdo con el budismo y la investigación clínica moderna, la atención plena es la forma más efectiva de calmar las cosas. Al “entrenar” a los monos para que estén más tranquilos y distraigan menos de un momento a otro, en realidad podemos pensar con más claridad y actuar con mayor eficacia. Aquí hay algunos métodos conscientes para aquietar la mente del mono.
La psicología positiva es más que el estudio de la felicidad. Es una rama de la psicología que se centra en el funcionamiento humano positivo; un campo que explora el florecimiento humano. El florecimiento es un concepto crucial en la psicología positiva, por no hablar del gran número de publicaciones que unen ambas ideas en sus títulos. Se refiere a un estado sin angustia y lleno de vitalidad, y el objetivo final de la psicología positiva es promover el florecimiento.
Para bien o para mal, uno no puede elegir a su familia. Al menos, no con la que estamos emparentados biológicamente. El clan en el que nos criamos influye enormemente en nuestra visión del mundo, nuestros valores y nuestra idea de una buena broma. Pero a veces puede parecer que hay un abismo entre nosotros y las personas a las que estamos obligados a querer -o al menos a soportar- simplemente porque generalmente estamos vinculados a ellos de alguna manera, o nos hemos criado dentro de la misma unidad. Entre los suegros difíciles y las relaciones cargadas de culpa con los padres y los hermanos, hasta el trato con los parientes intolerantes que normalmente trata de evitar en todas las bodas familiares, tratar de mantener la paz y gestionar su propia cordura dentro de una dinámica familiar incómoda puede ser agotador. Pero hay límites que podemos poner para proteger nuestra energía y nuestro tiempo, porque los parientes difíciles no tienen derecho a agotarlos. He aquí algunos consejos sobre cómo gestionar estas relaciones para que todo el mundo pueda llevarse más tranquilamente.
¿Cómo podemos encontrar consuelo en los momentos difíciles? ¿Cómo podemos replantear nuestras perspectivas, de modo que podamos convertir una dificultad en una lección de vida positiva? ¿Es posible ser fuerte y amable al mismo tiempo? Estas son todas las preguntas que pueden surgir cuando exploramos nuestra fuerza mental, e incluso el hecho de plantear la pregunta forma parte de cómo la construimos, ya que el primer paso es la autoconciencia, la responsabilidad propia y el desarrollo del deseo de transformar las situaciones difíciles en experiencias que nos ayuden a crecer.
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